El argentino medio y la subsumisión al palo, ser civilizado,
domesticado, occidental, creyente y temeroso del establishment. El argentino
medio paga seis veces por el mismo servicio y aprueba. Mira la tele desde su
sillón como toda la vida, en algún caso hasta desde el mismo sillón, heredado
quizás, desde cuando solo tenía que pagar la luz, comprarse la tele y
prenderla. Cuando peleaban Alí, Monzón, Mantequilla o Nicolino. Cuando Brasil era
el del 70, Cruyff exhibía qué significaba el maridaje entre el talento y el
sacrificio, y Estudiantes e Independiente llenaban de copas al fútbol nacional.
Cuando corrían Fittipaldi, Stewart y Lauda, cuando Mark Spitz ganaba 7 medallas
y el Dr J volaba en la NBA. El argentino medio, sigue en su sillón viendo tele,
en su mismo sillón, pero alguien lo convenció que era protagonista, que estaba
en el ring side, en la platea, en terraza de boxes, a la vera del natatorio o
tras uno de los aros en el estado del Filadelfia 76. Y de su bolsillo de
espectador virtual sale el pack futbolero del cable, y de su bolsillo de hincha
sale el abono del cable, y de su bolsillo de técnico sale la pauta publicitaria
oficial, y de su bolsillo de jugador salen los subsidios que tienen acreditados
los medios como bienes culturales, y de su bolsillo de comentarista sale la
publicidad privada incluida dentro del costo de producción, y de su bolsillo de relator sale
todo lo relacionado a los medios del Estado vía carga de tasas e impuestos. Y
el argentino medio sigue en su mismo sillón tirando papelitos, disfrazado con
sus colores, con una nueva corneta entre sus manos (vaya metáfora)...
Durante los años en los cuales el
argentino medio no tuvo que abonar un par de estos incisos a modo de cuota, ya
que el gobierno de entonces determinó socializar el costo para tener
accesibilidad universal, afirmaba que el Estado lo estaba robando. Hoy se
exhibe contento y reconocido en sus dogmas por su privilegio “identitario”, De
Vido y Boudou están presos...
El sistema de peaje ya había dado una muestra de laboratorio sobre
lo que el establishment podía hacer con nuestra sociedad. Pagar panglossianamente por circular sobre
rutas que tienen en algún caso un siglo de construidas no deja de llamar la
atención y para colmo mantener los impuestos correspondientes incluidos en los
insumos básicos del automotor. Vale decir, la sociedad pagó su construcción,
pagó y paga su mantenimiento, y desde hace más de dos décadas paga por
circular, y acaso lo haga sobre un auto que lejos está de las inversiones
pasadas, cuando veía boxear a Alí, jugar a Tostao, o derrapar a Peterson. A qué
me refiero. Por entonces, el argentino medio del sillón tenía en el garaje de
la otra cuadra su usado de dos años de antigüedad, hoy esa situación amerita
otro tipo de estatus, tal vez y con suerte tenga un auto de 6 u 8 años estacionado en la puerta de su casa y con doble traba al volante.
Tal vez algún día el argentino medio contabilice que existe
una minoría cínica y siniestra, intensa, que se apropió del Estado y nos cobra
cada vez más por nuestros derechos, que cada vez hace menos por nosotros y más
por ellos, que vive de la timorata
domesticación, de la resignada civilización, de la fuerza mediática y occidental,
y si sirve el juego lingüístico de la natural e histórica “oxidentalidad” de
sus lecturas...
.. y a la lista de “oxidentalidades” podemos agregar el
neoendeudamiento, los renovados recortes al campo laboral, esta vez sin
Banelco, acaso con sanguchitos triples y su consecuente impacto en el consumo
interno, la bici financiera, los aumentos descomunales en los servicios con las
quitas de subsidios para el pueblo pero su permanencia para las empresas, la
devaluación previsional y los salarios a la baja so pretexto de la
“necesaridad” de hacer un sacrificio colectivo, la neofuga de capitales, la
bienvenida a las golondrinas y buitres, la apertura indiscriminada de
importaciones, la transferencia de recursos a los sectores agroexportadores y
la infinita gracia para que estos liquiden el residual de retenciones
sojeras...
Lo dicho, el argentino medio y la subsumisión al palo, ser
civilizado, domesticado, occidental, creyente y temeroso del establishment
acepta, aplaude y obedece, individuo que por su egoísmo llega siempre tarde a
su propia indignación, es el homo redundante en sus errores y horrores, es el pibe que puede meter los dedos en el enchufe tantas veces simplemente para comprobar que el dolor existe..
Recuerdo en uno de esos eventos , un gran partido o alguna de esas legendarias peleas , sentados frente a la tele ( aun en blanco y negro), le pregunto a mi Viejo: Si cuando uno va a ver un partido o al cine paga la entrada, aca en la TV quien paga.
ResponderEliminarMi Viejo que trabajaba en publicidad de varias publicaciones me explico que todos esos avisos antes del partido y todos esos carteles de diferentes companias todo eso pagaban fortunas por cada minuto en TV
En esa época alcanzaba y era un gran negocio, y también alcanzaba para pagarle a actores, productores,escritores,directores, para hacer teatro, o novelas.
También alcanzaba para esos programas ómnibus, donde brillaban actores, comediantes y músicos, no solo artistas locales, no olvidarse que en esos programas vimos a Vinicius, Toquinio,Maria Creuza, Ellis Regina, Todos los Italianos, Nicola Di BARI, Ornella Vanoni, , Los espaniloes, Serrat,Iglesias, Rafael, hasta recuerdo Aznavour Beacou, los locales, Piero, Sandro, Favio etc. Badia con todos los mounstros del rock Nacional. Recitales de todo tipo de artistas los mencionados antes hasta Santana cualquier estrella que visitaba Argentina tenía un espacio en la TV.Los ciclos de cine sin cortes con Morelli y Berruti pasando lo mejor del cine nacional e internacional.
Todos los deportes, boxeo. Tenis, F1, basquetball,Futbol,divisiones inferiores, Polo , Rugby etc
Todo esto se brindaba gratis y daba ganancia , hoy ofrecen mierda con amateurs en realitys, periodistas de inmensa ignorancia e improvisaciones
La TV paga no es mucho mejor o sea que hoy se quedan con la ganancia sin invertir o gastar un centavo