CON UNA PARTE IMPORTANTE DEL PJ QUE BUSCA LA DERROTA DE CRISTINA, Octubre, si ves al futuro dile que no venga...
Lo afirmado en este espacio desde hace un buen tiempo
se ve reflejado en el análisis que Ricardo Rouvier hace en el prestigioso medio
La Tecl@Eñe. Lo han ratificado Randazzo y Massa en cada una de sus
intervenciones públicas y en el marco de sus encuentros políticos dirigenciales:
ergo, no están para competir electoralmente sino para impedir el reagrupamiento
de las fuerzas nacionales y populares alrededor de Cristina Fernández Kirchner.
A mi entender nos espera una derrota inevitable, y esto va más allá de los errores
o los aciertos en la construcción política, acaso tiene que ver con algo más
profundo que no nos atrevemos a asumir. Esto es que nuestra sociedad,
mayoritariamente, y esto incluye a muchos de nuestros representantes del
llamado campo popular, no está interesada en la equidad, en la igualdad de
oportunidades, en el respeto a los DD.HH, en la soberanía política, en la
independencia económica y en la justicia social. Acaso vale notificar que estos
tópicos no nos van a esperar hasta la próxima crisis terminal. Una vez que
partieron difícilmente regresen en su esencia e integridad. El avance
neoliberal en democracia y su descomunal poder omnímodo es un hecho tan irrefutable
como lamentable. Que nadie se llame a engaño buscando chivos expiatorios, para
que ello ocurra hubo de haber en el medio una decisión popular admitiendo tal
orden como admisible. En definitiva son los pueblos con sus decisiones los que
construyen sus paraísos, sus purgatorios o sus definitivos infiernos...
Análisis de Ricardo
Rouvier sobre los comicios que se avecinan
El avance macrista, Por Ricardo Rouvier para
La Tecl@ Eñe
Fuente
Cambiemos apunta a
alcanzar el 40% de los votos en octubre próximo en la Provincia de Buenos Aires
y, de este modo, lograr coronar una buena elección nacional ratificando lo que
fueron las PASO, y afirmándola como fuerza política. Si esto se produce obtendría
unas 104 bancas de diputados y 24 de Senadores. Primera minoría en la cámara
baja y segunda en Senadores, luego del PJ. La ex Presidenta, elegida senadora,
manejaría un bloque de 8/9 legisladores.
Una mirada más exhaustiva muestra un fenómeno que produce
perplejidad en las filas del progresismo y del peronismo; el voto a favor del
oficialismo cuenta con el aporte de los barrios medios bajos y bajos del
conurbano, conglomerados muy castigados por la recesión. En las elecciones
legislativas anteriores del 2009 y 2013, en los mismos lugares, la oposición de
entonces venció al kirchnerismo. En esta oportunidad CFK ganó por poco,
pero Cambiemos logró crecer y penetrar en los conglomerados más pobres
del territorio bonaerense. Esta situación colaboró en la configuración política
que adquirió este nuevo conservadorismo a nivel nacional. Si bien en la 3ra.
sección electoral bonaerense, baluarte del voto peronista, Unidad Ciudadana
ganó con una ventaja de trece puntos, Cambiemos logró casi un tercio de los votos.
Las encuestas van confirmando las hipótesis
previas; es posible que la alianza oficialista crezca un poco más del 36% que
tuvo como promedio en el total país, en las PASO de agosto. El resultado,
igual, no le daría quórum propio en ambas cámaras, ni tampoco permitiría asomar
la amenaza de hegemonía, pero sí asegura un presente que los pone en camino
hacia el objetivo futuro, la renovación por cuatro años. Los resultados
de las PASO fueron un mentís a aquellos, muchos, que efectuaban un razonamiento
lineal que conectaba automáticamente causa y efecto entre la situación
socioeconómica fruto de la recesión y un voto castigo. Este cálculo simple no
funcionó en plenitud para quienes auguraban un naufragio electoral de Cambiemos
(ya antes habían anunciado la caída del gobierno al cumplir los seis meses de
ejercicio). Ahora, la esperanza está puesta en el endeudamiento como una bomba
de relojería.
Si hay algo que invita la compleja realidad política no es al
simplismo, precisamente, sino a un análisis exhaustivo y profundo sobre el
escenario nacional. Para esto es inevitable atravesar primero por un análisis
de la situación internacional y regional. Hoy, la política de Trump nos
considera individualmente y no como región, y además el número de los países
amigables a un compromiso de enlace y alianza, ha disminuido. Nuestro obligado
socio que es Brasil, navega en la incertidumbre en manos de la derecha que
quiere ordenarlo terminando con el PT y la aspiración de Lula. El BRICS está
debilitado por la desaceleración de sus socios, sobre todo de China que
registró una performance menor, obteniendo un modesto 6,6% de incremento del
PBI. Una cifra envidiable para nosotros.
Hay un mecanismo repetido en las izquierdas y
en las derechas que consiste en aplicar un determinismo económico sobre la
conducta de los votantes o de los ciudadanos fuera de lo electoral. Es cierto
que muchos de los que votaron la boleta de Cambiemos, están afectados por la
recesión y no muestran entusiasmo por las políticas económicas y sociales, sin
embargo votaron por Bullrich con el imprescindible respaldo de Vidal.
Los que nos dedicamos a estudiar la Opinión Pública con el fin de
equivocarnos menos, advertimos a quien quería escucharnos, dos cosas: primero,
hay que liberarse de este simplismo de considerar que la sociedad vota sólo por
intereses; y segundo hay que prestar más atención a otras fortalezas que puede
ofrecer el adversario y a las propias debilidades que son sistemáticamente
negadas. La negación ha sido hasta ahora una obturación importante para la
reconstrucción del espacio nacional y popular.
Esa manera unívoca de ver es ideológicamente contradictoria para
el progresismo porque es una manera de devaluar al ciudadano en su soberanía,
se comete un error cuando se quiere explicar una derrota electoral considerando
que los sectores humildes no logran tomar conciencia (falsa conciencia) de
quién los ayuda, creyendo que es su propio esfuerzo y no el gobierno quien
logró tal nivel de consumo en el pasado. Fito Páez lo dijo directamente, “da asco la mitad de Buenos Aires",
el 12 de julio del 2011 cuando fue elegido Macri como Jefe de Gobierno. Sobre
esta expresión descarnada del rosarino, se montaron y se montan enunciaciones
parecidas, pero más simuladas, emitidas por encumbrados dirigentes. En ese
sentido, la falsa conciencia va y viene según vaya en la feria electoral.
Sin embargo, creer lo contrario, que el factor
“bolsillo” no pesa, es una exageración ingenua. El sujeto tiene intereses, pero
también tiene valores, no es un sujeto vacío de una ética social, como lo es en
el pensamiento reaccionario que interpreta que lo popular no tiene cerebro, que
es pura emoción, pura pulsión. Así fue degradado el peronismo por décadas,
ahora es degradado el populismo, y también, a veces, es degradada la
democracia, sobre todo cuando es banalmente comparada con cualquier dictadura.
En esta elección, decíamos, se enfrentan dos ejes principales, no
únicos, sino principales. Uno es el efecto sobre el elector de la nueva
situación socioeconómica, disminuida en comparación al 2015, pero la coyuntura
económica y el frenesí electoral ocultan que la situación social vino
declinando desde hace años, agravada con la ausencia de Estado en
circunstancias apremiantes de pobreza. Se señaló que la pobreza había nacido a
partir del gobierno de Macri y lo que ocurrió realmente es que se incrementó durante
el actual gobierno, con un millón y medio más de pobres durante 2016. Según el
Observatorio Social de la Universidad Católica, la pobreza alcanzó en el 2013
el 27,5%. En ese momento existían más de 11 millones de pobres en el país.
Es oportuno recordar que el INDEC de entonces estimaba que la pobreza apenas
alcanzaba al 4% (de ese dato surge el brulote: “menos pobres que en Alemania”)
El número era tan bajo como escandaloso y, a partir de entonces, el INDEC
decidió no difundir los datos del segundo semestre del año 2013. Lo mismo
pasó con la inflación desde el 2007 en que trepó a los dos dígitos, mientras la
institución de estadística nacional maquillaba un valor inferior. En enero del
2014 se produjo la mayor devaluación desde la asunción del kirchnerismo,
registrando una caída del valor monetario de 18,63%, esto aceleró el
empobrecimiento general. Ni bien Macri se sentó en la casa de Gobierno,
determinó una devaluación del 40%, que fue en gran medida causante del envión
hacia una mayor pobreza e indigencia que ahora sí registró el Instituto
Nacional de Estadística y Censos.
Cuando los problemas son estructurales, atraviesan a varios
gobiernos de diferente signo que no pueden remover a fondo los factores
profundos que constituyen la tarea de la fábrica de pobres, que se agrava en
nuestra economía dependiente con cualquier tropiezo de la economía mundial, o
cuando se pretende recuperar el tipo de cambio para fomentar la exportación.
Ahora se intensificó el uso de las ambulancias sociales para mitigar la urgencia,
mientras el macrismo eleva su principal estandarte como victoria: el derrame.
Esa larga promesa incumplida del liberalismo argentino.
Entonces, en el momento del voto no existe un panorama tan
opcional para el votante que signifique elegir entre el bien y el mal (salvo
para el 30% de los muy pro o el 30% de los muy contra). Por supuesto que la
vinculación entre la economía y la sociedad es crucial para las orientaciones
de la opinión pública, pero esto visto desde la complejidad de la decisión conductal
ciudadana es un dato a considerar, pero no es el único. Además, los electores
padecen contradicciones, hay opiniones y contraopiniones que se cruzan en una
misma decisión.
En el caso de la Provincia de Buenos Aires,
CABA, Córdoba y algún distrito más, la polarización alcanzó a imponer su
dicotomía. Jugó un factor más de elección que podemos ponerlo en el casillero
de los valores y es el rechazo al pasado kirchnerista. Estos fueron los dos
ejes más destacados, la economía individual y el rechazo al kirchnerismo, que
jugaron en la conciencia del votante, aunque no los únicos. Es decir, Cambiemos
con el PRO a la cabeza, ha alcanzado cierta cooptación de sectores medios y
bajos directamente afectados por el ajuste, y ese logro electoral se ha
producido por la negatividad hacia Unidad Ciudadana. Este es un punto que el
kirchnerismo no ha logrado aún resolver, y hay que admitir que es difícil
solución; qué hacer con la proyección desfavorable de su imagen? Considerando
además que la judialización es un goteo diario sobre sus espaldas.
En realidad no hay nada en la actual situación económica (que el
gobierno considera en recuperación sin que el grueso de la población lo
perciba) que entusiasme a los electores, más que el sentido que le da la
confrontación con el gobierno anterior.
Se sabe que algunos de los votantes de 1País emprendieron o
emprenderán el camino del voto útil hacia el oficialismo. De origen peronista,
los votantes de Massa optan por evitar que CFK gane antes que considerar que un
triunfo de Unidad Ciudadana pueda ser una victoria del justicialismo bonaerense.
El gran desafío para la ex Presidenta es encontrar la forma de
romper el techo que la limita para la obtención de más votos de los que tuvo.
Sin tener asegurado un resultado, es inevitable que se ponga a caminar las
calles del territorio bonaerense y denunciar a la recesión como el principal
adversario. Su llamado a la oposición peronista fue una jugada destinada a
señalar que si no se usa el instrumento de la boleta que la incluye, el
peronismo puede perder el 22 de octubre. Massa y Randazzo salieron a negarle
cualquier posibilidad de diálogo. Ergo: ellos serían los responsables del
fracaso según el metamensaje del escrito.
Una derrota aunque
pequeña de CFK sería, para muchos dirigentes peronistas, un paso más hacia el
final de un ciclo. Habrá que ver qué sucede en los meses siguientes porque el
panperonismo atraviesa uno de sus peores momentos (varios gobernadores
peronistas tratarán de recuperarse del traspiés de las PASO), y su
recomposición será posible sobre el poder de la conversación que tratarán de
tener después. Se escucharán, tardíamente, los lamentos de algunos dirigentes
que ahora dirán que se han equivocado en algo. El 2019 viene muy rápido.
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