Joe Satriani en el desierto y algo sobre la sed...







La sed los convocó ante la potestad de los espejismos y su deriva. Oasis alucinantes diseñados a costa de ciertas soledades que suelen acompañar a los seres humanos de modo siniestro. Sus dos desiertos eran lo suficientemente extensos como para no dejarse llevar por el ensueño. La felicidad, como es usual, se disfraza de embustera y logra que por un breve lapso de tiempo la sed no logre injuriar aquello que por cierto estaba vulnerando. Cuentan los cronistas que luego de saciar sus necesidades en el espejismo ambos desconocidos continuaron su camino optando por cardinales opuestos, pero más sedientos aún, debido a que vaya paradoja, esas aguas que bebieron se hallaban altamente contaminadas por la ustible pócima del amor… 





Comentarios

  1. «[...]el amor es drama, señores, cuando no tragedia, cualquier guionista de telenovelas lo sabe, y al cabo la pasión decrece hasta extinguirse por completo, cesamos de ser objetos sexuales, peaje inevitable que cobra el tiempo, el deseo sexual y los afectos deben ser renovados, una y otra vez, en otros cuerpos, en otras historias, si no damos vuelta la página el amor se nos convierte en un salvavidas de plomo, la fidelidad conyugal es una utopía que dura tanto como las ganas de coger [...]»

    Precioso texto. Gracias.

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