Antes que nada debo aclarar que no me es grato escribir
esta crónica. Y lo quiero establecer de entrada para que no se malinterpreten
determinados conceptos como personales. El análisis es político ciento por
ciento y como tal las decisiones políticas que toman los dirigentes tienen
mucha relación con los resultados, tanto en la victoria como en la derrota.
Juntos por Dorrego no perdió toda posibilidad competitiva
este domingo de las PASO. Acaso ese día quedaron reflejados el compendio de errores
y horrores de una dirigencia cuya única conceptualización política se basa en
los personalismos.
El vecinalismo dorreguense nació en el 2011 como una
esperanza cierta de alternancia a la UCR. Eran tiempos en donde el Partido
Justicialista navegaba en los nefastos océanos de Sobisch, propuestas que
estaba muy alejadas de los paradigmas del Frente por la Victoria. Muchos de
nosotros apoyamos en las Paso de aquel año la propuesta de Segurola ya que
proponía un discurso vecinalista al estilo Sanchez, Intendente de Tres Arroyos,
hombre que más allá de mantener su identidad local tenía y tiene firme adhesión
a la dialéctica y a la praxis del oficialismo promoviendo una relación sumamente
fluida y efectiva, tanto con el gobierno provincial como con el gobierno nacional.
Simbiosis que dio como resultado el crecimiento exponencial que ha tenido el
distrito vecino en estos últimos doce años. De hecho era su ejemplo y vademécum
político. Luego de los comicios del 2013 y haciendo una lectura, a mi entender,
correcta del momento advierte que su techo electoral había llegado
tempranamente y que para perforar esos 3000 votos necesitaría alianzas
estratégicas que lo eleven de fuerza testimonial a fuerza con verdadera
vocación de poder. Ese salto de calidad no sólo debía darse en la conformación
de cuadros políticos también en saber escoger aliados con impronta nacional entendiendo
que en política los techos y los pisos electorales de los vecinalismos, sin
dinero, se hacen tantas concesiones que llegan a parecerse. Como amante de los
personalismos mediáticos y las figuritas difíciles el hombre de lo sacos
llamativos eligió coquetear con la figura que en aquel momento brillaba en
cuanta pantalla se encendía, Sergio Massa. Y esto lo hizo pasando por arriba de
la pequeña estructura que ya tenía armada a escala local el ex Intendente de
Tigre, so pretexto de un colectivo vecinalista de la zona, reuniones que para
los medios solamente oficiaban como una suerte de avenida colectora del Frente Renovador.
Allí comenzaron mis fuertes críticas hacia Juntos por
Dorrego por un intento expansivo totalmente desbalanceado con relación al
discurso que había mantenido hasta ese momento. Abandonó la dialéctica “Sanchez”
para arroparse bajo las faldas triunfadoras del seguridismo massista. Fotos en
el Cot, paseos al puerto de frutos, encuentros con dirigentes massistas de la
zona fueron la batería mediática utilizada para instalarse como cercano al
hombre, que hasta ese momento, era dueño del conchero corporativo. Hugo César Segurola y su personalismo nunca
pensó en la política como colectivo, por eso nunca convocó a políticos, siempre
fue un devoto admirador del vecino sonriente y aislado con buenas intenciones,
jamás le importaron las percepciones políticas de ese vecino sonriente y
aislado por más que estas fueran verdaderas burradas legislativas y ejecutivas.
El concepto arrastre lo atrajo a Massa y allá fue, y allí comenzó el lento
calvario que sospecho, desde el punto estrictamente numérico, aún no terminó.
Juntos por Dorrego tiene una composición horizontal en
donde radicales, peronistas e independientes conviven sin convivir ya que no
hay militancia ni corre sangre política. Es un grupo de entusiastas despolitizados
que tranquilamente podría conducir una entidad sin fines de lucro. Pero aquí hablamos
de intereses. No hay debate interno para determinar rutas políticas a seguir,
la palabra y la responsabilidad pesada sigue recayendo sobre el hombre del micrófono,
único responsable que queda sobre la superficie cuando de fracasos y éxitos se
trata. Y esto se observa claramente en estos resultados recientes. Sospechar
que su techo era su piso no lo hizo meditar en aquello que podía suceder con
JpD ante la reaparición de un FPV como actor político local teniendo en cuenta
que muchos adherentes al proyecto nacional y popular le habían dado su aval
tanto en el 2011 como en el 2013.
En Coronel Dorrego a la derecha del Radicalismo está la
pared por tanto es políticamente torpe crear una alternativa desde ese mismo
espacio ideológico; para qué cambiar el maestranza del cementerio si ya tengo
uno experimentado. Y ese fue el camino escogido por Segurola a partir del 2013.
No buscó aliarse con esos 1600 votos kirchneristas, duros y orgánicos,
desencantados y tristes pero convencidos por el proyecto, acaso porque no cree
en el proyecto, prefirió las fotos y los mimos de la derecha peronista, pichones
de guardia de hierro bastante devaluados. En lo que nunca reparó es en los 1300
adherentes kirchneristas que tenía adentro (conozco varios) y que por falta de gimnasia
política no supo leer. La caída de Massa a escala nacional significó la huida
de JpD y también su caída ya que no había retorno con relación a sus viejas
decisiones y estrategias. El FPV de Coronel Dorrego estaba resurgiendo de sus
cenizas con mucha juventud y una nueva dirigencia que trajo en sus maletas la
dialéctica y la praxis que conmovieron a una muy buena porción de la población
del Pago Chico, tanto en el 2007 como en el 2011.
Hoy Juntos por Dorrego y como guiño del destino (mejor
dicho como correlato de sus desaguisados políticos) pasó de ser un grito desperezador
a ser el obstáculo para levantar a Coronel Dorrego de la modorra que vive desde
hace 16 años. Esto es, está en un lugar incómodo con relación a su propio
discurso. Obstáculo sumamente funcional al oficialismo municipal. Desde el
2013, luego de los comicios y de acuerdo a los movimientos políticos de Hugo
Segurola, sostengo en lo personal que la UCR y Juntos por Dorrego componen el
matrimonio ideal que el establishment dorreguense necesita. Los primeros porque
son arte y parte dentro de ese establishment dominante y los segundos por su
falta de plataforma política, por su descreimiento en el conflicto, por su amor
a la neutralidad y por su ausencia notoria de cuadros militantes formados en
los barros políticos. De Juntos por Dorrego y de Segurola en particular depende
que su voluntarismo, para que el distrito despierte, se transforme en praxis
política tangible y creíble.
está puesto ahi por los mismos radicales
ResponderEliminarpara romper el voto
Ya hemos hablado en algún momento en extenso sobre los fenómenos de los Vecinalismos, que inevitablemente entran en contradicción con la realidad. Los distritos por sí y ante sí carecen de la totalidad de los elementos necesarios para su desarrollo. Por lo tanto siempre en algun momento de su desarrollo se encuentran con que dependen de políticas ajenas, ya sean éstas Provinciales o Nacionales a las que en su "purismo vecinalista" desprecian. Algunos mas pragmáticos (v.g. Sanchez) actúan con mas astucia, toman todo lo que les llega de donde sea, y que beneficie a su pago chico, y tratan de capitalizarlo, con el resultado que sus votantes les corresponden con fidelidad. Esto no es tan fácil, y en Tres Arroyos ha causado no pocos tironeos y agrias discusiones. Lo de Estacion "Las Mostazas" y este hombre Segurola, no ha pasado de ser una aventura sin sustento filosófico. Todo traje parecía quedarle a la medida, y veo que ha venido subestimando la capacidad de pensamiento de sus seguidores, que se lo han hecho saber como corresponde, a traves de la urna. De aqui en adelante, se me hace que emprende el camino del olvido político.Y que aquellos que creyeron que por ahi podía pasar la cosa, quedarán a la deriva, con una nueva desilusión a cuestas.
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