Un efecto positivo que al menos
ha tenido la crisis es que la discusión sobre las cuestiones económicas se ha
socializado bastante.
Quienes impartimos
habitualmente conferencias y charlas a gente muy dispar creo que comprobamos
sin lugar a dudas que su interés por los problemas económicos es mucho mayor
que antes de 2007. Mi experiencia personal es esa y también que incluso ha
aumentado extraordinariamente el conocimiento que personas de cualquier origen
y formación tienen sobre este tipo de temas. El número de quienes asisten a
actos en donde se explican es mucho mayor y se percibe claramente que se sabe
mucho más de economía que hace unos años.
A eso han contribuido de un
modo decisivo los medios de comunicación que han concedido un lugar antes
impensable al debate económico. Es de agradecer y es muy positivo que así haya
sido pero creo que todavía tenemos bastantes déficits en este aspecto que
impiden que la ciudadanía se haga una idea acertada de lo que ha pasado y está
pasando y, por tanto, que pueda defender eficazmente, especialmente a la hora
de votar, sus intereses.
A pesar del avance registrado,
el espacio que se dedica a las cuestiones económicas sigue siendo escaso si se
tiene en cuenta la trascendencia que tienen para la vida de todo tipo de
personas. Casi siempre se abordan en tiempos marginales y a deshoras, de modo
que es muy difícil que puedan seguirse por la mayoría de las personas normales
y corrientes.
En segundo lugar, y aunque es
verdad que los enfoques críticos que antes no habían tenido presencia alguna en
los medios se han abierto un poco de paso, lo cierto es que el debate económico
en los medios se lleva a cabo en condiciones de gran asimetría. Predomina
siempre la versión neoliberal u ortodoxa de los problemas económicos y esto sí
que es muy grave porque se impide que la gente tenga a su alcance la variedad de
soluciones y alternativas que existen.
Es verdad que este
desequilibrio no es propio solamente de los medios sino que éstos reflejan lo
que igualmente predomina en la academia y en la política pero eso no puede ser
excusa. Lo cierto es que así se ha forjado el pensamiento único que confunde a
la sociedad haciéndole creer que la única alternativa para los problemas de
nuestro tiempo es la ortodoxa: bajar los salarios para crear empleo , dejar la
política económica en manos de los técnicos, reducir los impuestos a las clases
altas, privatizar para que las empresas sean más eficientes, reducir gasto
público para que haya más empleo o para que baje la deuda, etc., es decir,
formulaciones todas ellas que se han revelado falsas mil veces, pero que mil
veces más se repiten como si fueran la verdad absoluta.
Para colmo, los debates
económicos que tienen más trascendencia son los que se desarrollan en la
televisión, el mass media por antonomasia, y eso contribuye a su vez a que el
discurso económico dominante, ya de por sí empobrecido por la falta de
diversidad con que se presenta, resulte todavía más simplista.
En el tipo de programación
televisiva que predomina, lo que impera es la rapidez y el discurso
entrecortado y dicotómico, lo que hace muy difícil que puedan manifestarse
todos los matices que son propios del pensamiento mínimamente complejo que es
necesario desarrollar para poder explicar los fenómenos económicos que son de
por si igualmente complejos y complicados.
Todo eso produce más bien una
malformación de la ciudadanía que es verdad que tiene cada vez más
información económica, pero aún insuficiente, de baja calidad y casi siempre de
muy poca variedad pues, como he dicho, se busca una combinación de opiniones
que no ponga en peligro el discurso dominante.
El gran problema que tiene la
economía española es la gran desigualdad que viene debilitando desde hace años
nuestras capacidades de generación de riqueza y empleo. Y esa gran desigualdad
es el resultado de la concentración extraordinaria del poder en unos pocos
grupos sociales que es posible gracias a su influencia sobre los medios de
comunicación y a la generalización del discurso económico sesgado que éstos
contribuyen a generar de forma tan unilateral, antidemocrática y poco fundada.
La democracia auténtica,
participada y deliberativa, requiere que se promueva en mucha mayor medida el
debate sobre las cuestiones económicas y que se haga de forma plural para que
la población tenga de verdad las verdaderas claves de las que dependen las
decisiones que pueden tomarse frente a los problemas que padecemos.
El secuestro democrático en el
que nos encontramos (en palabras del informe que Oxfam Intermon acaba de
realizar sobre la desigualdad en España) es la otra cara del secuestro
informativo y éste, a su vez, se basa en gran medida en la deformación del
debate económico para hacer creer que lo que conviene a los de arriba es lo que
le conviene a todos los demás.
Fuente:
Blog La Tramoya – Diario Público de España
Mas claro echale agua. Esto es el nucleo de la verdadera politica. Por eso Marx causo tanto revuelo en el establsihment, porque el poder no quiere que se hable de numeros. Si, que se hable de zarasa Freudiana y de la relatividad del universo, ahi te ponen en un altar, pero ni se te ocurra hablar de cuantos billetes hay y como se gastan porque se arma.
ResponderEliminarLa ventaja que tenemos en la Argentina actual es que el debate puede darse sobre una maquinaria economica probada en la realidad y en funcionamiento, y no sobre supuestos y "teorias". El Pro ya lleva dos mandatos, que expliquen como fracaso su "plan" economico cuando tienen un presupuesto multimillonario asegurado. El kirchnerismo puso en practica un plan economico que ha sido el mas exitoso de nuestra historia arrancando con todas las variables en contra y sin pedir un solo dolar.
Hay que admitir que parte de culpa la tiene el gobierno en no dar rienda suelta al debate economico que proclama el articulo. Grandes zonceras han sido muchas veces las vedettes de la batalla cultural devenidas de este proceso politico, pero el debate economico jamas pudo instalarse con profundidad en la agenda militante. Ha sido una enorme perdida para la generacion de un electorado que proteja este modelo economico. El resultado es que hoy dudamos y tememos que el sucesor de este proceso termine siendo el equivocado. No preparamos a nuestro electorado para tomar la decision mas importante de la historia Argentina. Una decision en la que obviamente prima lo economico por sobre todas las cosas.
Gustavo: Algo parecido sobre la falta de diversidad de opiniones pero en las universidades, lo plantea Zaiat en P12 del sabado.
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