Las falsedades del dogma neoliberal




por Vicenç Navarro

 

 


La religión neoliberal, que se sostiene a base de fe en lugar de evidencia científica, se continúa reproduciendo en los mayores medios de información económica y fórums académicos cercanos y financiados por el capital financiero, como el Banco de Santander, el BBVA y La Caixa, y las grandes empresas del IBEX-35. Como ejemplos de tales forums tenemos la Fundación Fedea y las llamadas Cátedras Fedea (y su revista Nada es Gratis) y la revista Actualidad Económica (del grupo Mundo), entre otros, y gran número de páginas económicas de los mayores rotativos españoles, así como tertulianos económicos de las mayores cadenas televisivas y radiofónicas. A pesar del enorme fracaso que ha significado la aplicación de las políticas basadas en este dogma por parte de gobiernos neoliberales, hoy esas políticas continúan aplicándose por toda la Eurozona, incluyendo España, tanto a nivel central como autonómico (ver mi artículo “El ataque del Estado central español al Estado del Bienestar en España”, Publico 07.10.14)
Durante muchos años, el dogma neoliberal ha ido enfatizando que el problema de bajo crecimiento económico y elevado desempleo se debe a las rigideces del mercado laboral y al excesivo gasto público, que han estado asfixiando a la economía. De ahí que su solución haya sido flexibilizar el mercado de trabajo (que quiere decir, facilitar el despido de los trabajadores y la bajada de los salarios), y reducir el gasto público (incluyendo el social) mediante los recortes, especialmente acentuados en España. La mayoría de partidos gobernantes en Europa, incluyendo España, son partidos pertenecientes a la Internacional Liberal o a la Internacional Conservadora (Internacional Demócrata de Centro) que están aplicando todas estas políticas hoy dominantes en el establishment (es decir, en la estructura de poder financiero, económico, político y mediático) europeo. Consecuencia de ello es que el crecimiento económico se haya estancado y el desempleo haya alcanzado niveles record en toda Europa, pero con particular intensidad en la Eurozona y en los países periféricos de dicha zona, como España.
La falsedad de los supuestos neoliberales
En realidad, se podía ver desde el principio que tales políticas eran erróneas. Incluso se podría haber predecido como algunos hicimos (véanse mis libros Neoliberalismo y Estado del bienestar, 1997, y Globalización económica, poder político y Estado del bienestar, 2000, en Ariel Económica)- antes de que apareciera la crisis. Mirando los datos, se podía ver fácilmente que el dogma era insostenible. Comparando la evolución del desempleo en EEUU con el del promedio de los países que más tarde pasaron a constituir la Eurozona, podía verse que durante el periodo 1960-1980 el desempleo había sido mayor en EEUU que en el segundo grupo de países (los de la futura Eurozona), pero pasó a ser menor que el del promedio de la Eurozona a partir de los años ochenta, cuando se aplicaron las políticas neoliberales con la creación del euro.
Puesto que durante todo el periodo (antes y después del establecimiento del euro) el mercado de trabajo estadounidense estuvo más desregulado que el europeo y el gasto público en EEUU fue menor que el existente en este lado del Atlántico Norte (sin que hubiera ningún cambio significativo en EEUU durante todo el periodo), si el supuesto excesivo gasto público y la presunta rigidez laboral de los países europeos fueran la causa del elevado desempleo –como los neoliberales sostienen-, entonces ¿cómo explican que el desempleo en Europa fuera menor que en EEUU durante el periodo 1960-1980? La única respuesta válida para explicar el aumento del desempleo en la Eurozona a partir del año 1980 es que se debió a cambios en Europa, no en EEUU. Y estos cambios fueron precisamente la manera como se estableció el euro, que se hizo tomando toda una serie de medidas, como reducir el gasto público y aumentar la flexibilidad del mundo del trabajo, que incrementaron el desempleo. Con solo mirar el gráfico comparando la evolución del desempleo en EEUU con la Unión Europea y su Eurozona, podía verse la falsedad del dogma neoliberal.
Más evidencia contraria al dogma neoliberal
Otro dato de la falta de credibilidad de las tesis neoliberales es analizar la evolución del crecimiento económico durante la Gran Recesión, comparando el de los países de la Eurozona con el de los países de la UE que no están en la Eurozona, siendo los primeros los que han seguido el dogma neoliberal más a rajatabla. Paul de Grauwe, uno de los economistas más sensatos que hay en Europa (poco conocido en los fórums económicos de nuestro país), hace esta comparación en su excelente artículo “Stop Structural Reforms and Start Public Investment in Europe”, en la revista digital Social Europe Journal. Paul de Grauwe muestra en un gráfico la evolución del crecimiento económico desde 2010 en ambas zonas dentro de la UE: en los países pertenecientes a la Eurozona y en los diez países mayores no pertenecientes a la Eurozona. En dicho gráfico puede verse como los segundos se recuperan más rápidamente que los primeros, donde el dogma neoliberal domina las políticas de los gobiernos. El eje central de esos gobiernos es la aplicación más ortodoxa del dogma neoliberal, que definen como “reformas estructurales” (bajada de salarios, subida de desempleo y recortes de gasto público), reformas todas ellas que todavía continúan exigiéndose, con particular énfasis en los países periféricos de la Eurozona como España (y en los que, como consecuencia, se han alcanzado unos elevadísimos niveles de desempleo). Pero, impermeables a los datos, los economistas neoliberales de Fedea, financiados o próximos a la Fundación Fedea, continúan, en su panfleto neoliberal Nada es Gratis, enfatizando la necesidad de las “reformas estructurales”.
Siempre hubo alternativas al neoliberalismo. Que no se aplicaran se debe a la enorme influencia del capital financiero.
Como algunos (muy pocos) señalamos desde el principio de la crisis, el problema no ha estado en el lado de la oferta, sino en el espacio de la demanda. Hace años ya predijimos que con el descenso de las rentas del trabajo, que ha estado ocurriendo desde principios de los años ochenta en los dos lados del Atlántico Norte, como consecuencia de la aplicación de las políticas neoliberales (que debilitaron, tal como era su intención, al mundo del trabajo), se estaba creando un problema de demanda que se estaba intentando resolver a base de un enorme crecimiento del endeudamiento. Ahí radica el problema, especialmente agudo en los países de la Eurozona, donde tal dogma se ha aplicado con mayor intensidad.
Este endeudamiento privado y el descenso de la demanda son la raíz del problema económico y financiero, endeudamiento y descenso de la demanda que las “reformas estructurales” han causado. La única manera con la que se podría haber resuelto este descenso de la demanda privada hubiera sido aumentando la demanda pública, incrementando el gasto público. Los recortes de ese gasto imposibilitaron dicha recuperación.
¿Cómo quieren los neoliberales reavivar la economía reduciendo los salarios y recortando el gasto público? Es obvio que la lógica nunca ha sido el motor de las políticas neoliberales. Imaginen a un médico que, como consecuencia de su ignorancia, hubiera matado a sus pacientes. Estaría totalmente desacreditado y probablemente en la cárcel. Aquí en España, continúan siendo los gurús económicos neoliberales (con o sin chaquetas llamativas), responsables del desastre económico, los que siguen pontificando en los medios públicos y privados de información. En realidad, el desastre económico es tal que incluso algunos de los cardenales de la iglesia neoliberal se están dando cuenta de que algo no es creíble en su fe. Y nada menos que el Sr. Draghi, el Presidente del Banco Central Europeo (el Vaticano del neoliberalismo), ha reconocido que algo debe cambiarse.
Las soluciones al desastre son extraordinariamente fáciles de ver. Hoy, los Estados centrales como Alemania pueden conseguir dinero a unos intereses bajísimos. Por lo tanto, podrían invertir masivamente en obras públicas, creando empleo, y con ello estimular su economía y la europea. Y así la de los otros países. En realidad, una consecuencia de los recortes del gasto público ha sido un notable deterioro de las inversiones (tal como ha ocurrido en España). Alemania, con uno de los gobiernos más promotores del neoliberalismo, tiene, como España, una de las tasas de inversión pública (un 1,6% del PIB) más bajas de la Eurozona. Hoy hacen más falta que nunca unas políticas orientadas a alcanzar el pleno empleo, con una recuperación de los salarios y del gasto público social, medidas necesarias no solo por razones sociales (pues el déficit social de los países periféricos de la Eurozona es enorme), sino también económicas. Estas propuestas no las encontrarán, sin embargo, en los mayores medios públicos o privados del país, y todavía menos en las Cátedras de la Fundación Fedea, ni en su Nada es Gratis, ni en los medios como Actualidad Económica, donde se los promociona.
Las derechas neoliberales insultan porque no tienen capacidad argumentativa para responder
Una última observación. Un lector de mi blog www.vnavarro.org me hizo llegar una entrevista que el programa Actualidad Económica le hizo a Pablo Iglesias, el dirigente del movimiento político llamado Podemos. En el curso de tal entrevista (hecha en formato televisivo), el moderador del programa se refirió a mi persona como “un académico que carecía de prestigio o reconocimiento en la comunidad académica”, mostrando, como indicador de ello, que yo estaba proponiendo un aumento del gasto público social en España, algo que el moderador consideraba como una muestra de mi supuesta falta de rigor. Este insulto y observación merece una respuesta que muestra, no solo su falta de credibilidad, sino el nivel de mezquindad al cual son capaces de llegar la derecha neoliberal española y sus medios
En cuanto a mi falta de prestigio y reconocimiento, tengo que hacer algo que me incomoda (pues nací en el seno de una familia que no veía bien que se hablara elogiosamente de uno mismo). Pero ante tanta falta de honestidad y tanta mezquindad, debo informarle a tal señor que la máxima expresión de reconocimiento de un científico es las veces que su trabajo es citado en las revistas científicas internacionales. Pues bien, el instituto de análisis de la investigación científica más conocido y prestigioso de EEUU, The Lauder Institute of Management & International Studies de la Wharton School de la Universidad de Pensilvania, me considera como uno de los científicos españoles más citados en la literatura científica mundial en las áreas de Ciencias Sociales (que incluye Economía, Ciencias Políticas y Sociología, entre otros), siendo Catedrático de dos de las Universidades que gozan de mayor prestigio en el mundo, la Universidad Pompeu Fabra y la The Johns Hopkins University.
En cuanto al argumento de que proponer el aumento del gasto publico social sea una muestra de falta de rigor y carencia de credibilidad, valga subrayar que hoy gran número de instituciones que habían propuesto los recortes, como el BCE, el FMI o la OCDE, creen que tales recortes han sido y/o continúan siendo contraproducentes. Por fin admiten que estuvieron en error durante mucho tiempo. Soy consciente de que la derecha española, homologable a la ultraderecha en Europa, siempre responde con un gran retraso, y todavía no se ha dado cuenta de lo enormemente retrasados y desfasados que están. En realidad es más que sorprendente que hoy el neoliberalismo continúe siendo tan visible mediáticamente en España. es una muestra más del enorme dominio que las derechas, bien financiadas por el capital financiero y las mayores empresas del país, ejercen sobre los establishments políticos y mediáticos del país.

Fuente: Diario Público de España

Comentarios

  1. Ay Sala, Sala. Que los pibitos de la JR dorreguense, herederos de una educación pública espantosa que hasta el momento lo único que está sacando son militantes políticos y lúmpenes mentales, nos quieran asustar con la posible vuelta del neoliberalismo, del cuco y de la peste bubónica, es una cosa. Pero usted, hombre grande y formado intelectualmente como pocos ( o casi ningún dorreguense) caiga en estas "cabezatermeadas" y nos quiera avispar para que escondamos a nuestros infantes de las fauces del neoliberalismo, es un poquito triste. No existe el neoliberalismo en Argentina estimado Sala, es algo tan vacío y abstracto como el concepto de dios y el título de abogada de nuestra mandataria. Lo que existió en los 90 fue una liberalización desmadrada de las fuerzas económicas de la Argentina. En resumen, fue como si echaran criaturas salvajes dentro de un jardín de infantes. Y el peronismo, fiel amigo de los grandes grupos prebendarios del país, abrió las jaulas para que hicieran lo que hicieron. El neoliberalismo, en sí, no es una mala idea. Colombia, Chile, Perú, Paraguay, un poco Uruguay y ni hablar de Panamá, son países que bien representan el ideario neoliberal ( con matices más o menos acentuados en algunos países) y muy mal no les fue en estos años. Tienen sus complicaciones producto de su atraso educativo, social y cultural respecto de nosotros, pero han acortado mucho la distancia y es más, creo que en muchos aspectos nos han superado, mientras acá estamos discutiendo la garcha de los ángeles, por decirlo en términos académicos. Hasta Bolivia, antes el país más pobre de la parte hispánica de Sudamérica, ha sabido atenuar con Evo Morales algunos aspectos más radicalizados de su bolivarianismo y ahora está tomando deuda al 4,5% anual, mientras el anacrónico modelo "Nac and Pop" está quemando los frutos de una década de recaudación fiscal y superávit comercial casi sin precedentes en la historia argentina. El viento de cola de la economía mundial no fue aprovechado por nuestra triste clase dirigente, y ahora estamos rascando el fondo de la olla para sacar un par de dólares del BCRA, mientras el resto del continente ( menos Venezuela) no sabe como lidiar con tantos dólares que le llegan. Pero saqué una buena enseñanza de tantos años de kirchnerismo crudo: el espanto de la realidad argentina me ha curado del "mal progresista" que tanto me aquejaba, sin darme cuenta, en mis años mozos. Supongo que le tengo que dar las gracias.

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  2. Primero yo no escribií el artículo. Generalmente cuelgo artículos que disparan distintas interpretaciones por eso recurro a pensadores controversiales. Segundo me parece que la mayoría de nuestros analistas consideran al neoliberalismo como un sosías del liberalismo, cosa que si se profundiza es un error conceptual notorio. El neoliberalismo profundiza la letra chica que el liberalismo intenta disimular y si puede combatir a través de su humanismo. Mire. Yo soy un consecuente lector de Popper, un liberal con una honestidad intelectual mayúscula, crítico y con cuya teoría de la falsación puso en serios aprietos a su proia ideología. Decir que hubo liberalismo en Argentina en los 90 es tan absurdo como decir que Dorrego es una sociedad capitalista. Lo que si creo que el neoliberalismo lució sus mejores túnicas. El neoliberlismo es eso que vimos y vivimos. Prebendario, incompetente y excluyente.

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  3. Amigo Sala. Lamento tener que coincidir en casi un 100% con la refutación del anónimo de las 18:00.
    Todos los modelos neoliberales han sido tremendamente exitosos, excepto lo que se vivió en los 90 en la Argentina que fue un fabuloso fracaso. Así que, recordando el teorema de Alsogaray, si no funciona no es liberal. Punto para el anónimo.
    Miremos el ejemplo de exitosos experimentos neoliberales como Panamá y Uruguay que parecen, en algunos aspectos, Suiza. ¿O me equivoco?
    Millones de argentinos van a buscar trabajo a Perú o Colombia, o a atenderse a los hospitales chilenos, colombianos, paraguayos.
    Millones de argentinos dejan las decadentes universidades argentinas para nutrir sus conocimientos en las espectaculares y rentadas universidades chilenas.
    ¿Usted conoce algún chileno, colombiano, peruano, paraguayo, etc., viviendo en este atrasado modelo nac&pop setentista?
    Bolivia toma deuda al 4,5% y acá no tenemos acceso al crédito por las chambonadas de un grupo de inexpertos que no han sabido aprovechar los enormes esfuerzos de los demonizados “neoliberales” que dejaron, en 2001, un país pletórico de reservas y sin deuda externa.
    Inexpertos que no han podido capitalizar el viento de cola de economías con crecimiento espectacular que han tenido la inteligencia de seguir exitosas recetas neoliberales, como España, Grecia, Irlanda, Portugal, Italia, Islandia, etc.
    O el ejemplo de EEUU que ha podido salir de su crisis sin emitir un solo dólar.

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  4. Gustavo, no sé como comunicarme con vos. Pedile mi celular a mi papá. Soy Bernardo. Quería agradecerte el respaldo por el comunicado.

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  5. Flaco favor le hace a la memoria del Gran Groucho Marx usando su nombre como nickname para tirar chicanas baratas. Aclaré en mi texto que estos países están empezando a ganarnos terreno y a acortar distancia en muchas áreas, como la educación, la salud. Sé que hay latinoamericanos estudiando acá o accediendo a los servicios de salud argentinos, pero eso no es muestra de que estemos mejor que ellos. Todavía nos queda algo de la calidad educativa y sanitaria que supimos tener décadas atás, así que podrá imaginarse como sería la salud y la educación si tuviéramos un discreto gobierno ( ni bueno ni excelente, discreto, que aún así sería sustancialmente excelente en comparación con el régimen kirchnerista). Si seguimos con el poco ponderado modelo "Nac and pop" para el 2019 vamos a ser una copia berreta de Uruguay, mientras que estos países a los que hice alusión van a superarnos en PBI ( Colombia ya lo hizo) y en mejor IDH. Pero no todo es culpa de ustedes, las causas son más profundas, y por eso le tengo que dar la razón a Kent Brockman: la democracia simplemente no funciona.

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  6. "el régimen kirchnerista"

    pibe, no necesitás escribir más. Seguí leyendo a Brockman

    ¡¡ Qué paciencia que tenés Gustavo !! encima no podés evitar leerlos

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  7. GUERRA CIVIL, SON LOS K O SOMOS NOSOTROS BERNARDO!

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  8. 6.53

    Tiene razón el ano de las 7.04. Seguí leyendo a Brokman y a Homero y a Bart. Lee sus historietas, pegate a la TV y quedate con toda esa sinfonía de trasculturización que te vienen metiendo desde hace 20 años.

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