¿Arde París? - Hacia dónde va Francia - Los medios corporativos nacionales nunca te lo van a informar




El economista liberal Jean Pierre Petit, desde Le Monde diplomatique Francia – recordemos que la razón social de este prestigioso medio global deja que cada país elabore y desarrolle su propia línea editorial -, se ocupa de nosotros a partir de sus prejuicios antipopulistas y antiperonistas, información sesgada y una historia Argentina muy mal aprendida (por ejemplo critica las estatizaciones de los fondos previsionales y la de YPF sin analizar cómo y de qué manera se manejaban tanto las AFPJ como Repsol) en
http://www.lemonde.fr/economie/article/2014/08/25/lecons-argentines_4476134_3234.html,
nota que fue muy difundida por los medios nacionales corporativos. Llama la atención que estos levanten notas de Le Monde. Fuente para nada usual debido a su histórico enfrentamiento con el neoliberalismo. Como asiduo lector de tan prestigioso medio en sus versiones castellanas (o de aquellas posibles de ser traducidas) noto que la línea editorial francesa ha trocado en sintonía con las propias modificaciones que está implementando el socialismo francés de Hollande.
Les propongo detenernos en el siguiente análisis que hace Josep Borrell sobre Francia, ex presidente del Parlamento Europeo, catedrático de UCM y miembro de Economistas frente a la Crisis, que nunca van a poder leer en Clarín, La Nación, Infobae, Perfil, etc…




La crisis del Gobierno socialista francés coincide con el aniversario de la liberación de París (25 de agosto de 1944). Hace 70 años los aliados temían que la ciudad sufriese la misma trágica suerte que Varsovia (¿Arde París?, título de una famosa película). Afortunadamente, ni la sublevación de los combatientes del interior ni la capacidad destructiva de los alemanes en retirada tuvieron la misma fuerza y París quedó intacto. Pero el socialismo francés no saldrá indemne de esta crisis, que tendrá graves consecuencias sobre la crisis del euro y la construcción europea. Arnaud Montebourg, el ya exministro de Economía que, con sus críticas a la política de François Hollande y Manuel Valls, ha provocado la formación de un nuevo Gobierno, se califica también de «combatiente del interior» por haber querido cambiar desde dentro del Gobierno francés una política dictada por Alemania que arrastra a Europa hacia una espiral deflacionaria. Los datos económicos conocidos este mes de agosto -crecimiento cero en la eurozona, con caída en Alemania, Italia de nuevo en recesión, Francia estancada y una inflación próxima a cero- han sido la gota que desborda el vaso del rechazo a esas políticas de austeridad fiscal y de restricción monetaria que desde hace tiempo han sido criticadas por organismos como el FMI o la OCDE, nada sospechosos de ser portavoces de la izquierda. Así, el Gobierno que formó Valls, fuertemente apoyado en la pareja Montebourg-Hamon (este, ministro de Educación) tras el desastre de las elecciones municipales, y que debía ser un «Gobierno de combate destinado a durar unido», no habrá aguantado ni cinco meses. Todo un récord en Francia. También es la primera vez que discrepancias individuales de ministros dan lugar al cambio de todo un Gobierno. Son indicadores de la gravedad del momento y de la ruptura del frágil consenso entre las alas derecha e izquierda del socialismo francés. Está por ver con qué mayoría parlamentaria cuenta Valls cuando haya que votar la confianza del nuevo Gobierno. Hollande debe confiar en que los socialistas no se disparen un tiro al pie, porque negársela equivaldría a disolver el Parlamento e ir a unas elecciones que serían una debacle para ellos. Es difícil no estar de acuerdo con Montebourg cuando advierte de que la reducción acelerada y simultánea de los déficits públicos agrava el paro, imposibilita recuperar los equilibrios públicos y no reduce la ratio de endeudamiento porque reduce el crecimiento. Y de que se está creando el caldo de cultivo de extremismos y populismos que acabarán destruyendo la idea de Europa. Su demanda de soluciones alternativas a las que impone la derecha alemana que apoya a Merkel es también pertinente. Pasan por un mejor equilibrio entre la reducción de los déficits y el apoyo a las empresas para ganar competitividad y a las familias consumidoras para mantener la demanda y el crecimiento. Y por una política monetaria que combine mejor el control de la inflación y el apoyo al crecimiento y el empleo. Cuando Mario Draghi reprocha a Matteo Renzi que no vaya más deprisa en sus reformas, el primer ministro italiano tiene razón al replicarle que si hiciese bien su papel de banquero central y mantuviese la inflación cerca del 2%, o si, como todos los bancos centrales del mundo, interviniera en los mercados de activos públicos y privados, haría más fácil la solución a la crisis. El debate sobre la política económica francesa se ha presentado de forma caricaturesca como entre un socialismo de la oferta basado en ganar competitividad y el más clásico socialismo de demanda. Pero la oferta y la demanda no son categorías políticas, sino conceptos económicos cuya adecuada combinación no es un problema ideológico sino de eficacia económica. Y, como defendía el economista y diputado socialista francés Pierre-Alain Muet mucho antes de la espantada de Montebourg, no se sale de una recesión (cuya gravedad se ha subestimado en Europa) con una política solo de oferta. Hollande no puede reconocer que son las políticas de austeridad las que han hundido a Europa en la recesión y a la vez basar su política nacional únicamente en medidas de aumento de la oferta. ¿Es razonable acordar 40.000 millones de euros para reducciones fiscales a las empresas, en un contexto de reducción del déficit, sin evaluar adecuadamente la eficacia relativa sobre el empleo de esos apoyos fiscales y de los 50.000 millones de reducción de gasto necesarios para financiarlos? 
Muet recordaba que el coste de las políticas de oferta decididas por Valls duplica los 20.000 millones de las 60 propuestas del programa electoral de Hollande. Por encima de las peculiaridades de cada país, el debate y la crisis en Francia son de enorme importancia para toda Europa, porque a todos nos afectan y porque el problema solo tiene una solución europea.
Fuente:
Diario Público de España


HACIA DÓNDE VA FRANCIA


Jean-Marie Le Pen: "El Ébola puede solucionar el problema de la inmigración en tres meses"

 

Marine Le Pen: “Ya no hay sitio para los inmigrantes en Europa”

 

Entrevista a Marine Le Pen:



http://www.elministerio.org.mx/blog/2012/09/le-pen-entrevista-exclusiva-opinion-frente-nacional/







Comentarios

  1. Le Monde y Le monde Diplomatique son dos diarios distintos hoy. El primero (capital privado) para francia que ya no tiene el prestigio de antes y no lo lee nadie. El segundo es una asociación quien lo gestiona. Nacieron de la misma editorial pero ahora no son lo mismo.
    Saludos
    Pino Cuesta (desde francia)

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  2. Gracias Pino por tus precisiones. Lo que implica que los medios corporativos de acá van a tomar al primero como fuente de consulta permanente. Abrazo

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