Domingo 7
de Abril de 1998 (cuento)
Si no
has encontrado nada extraño durante el día, no ha sido un buen día...
John Wheeler
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Vea mi amigo, por delante tenemos un tratamiento extenso y
notoriamente invasivo. Los estudios evidencian que la patología se ha
desarrollado por fuera de lo previsto razón por la cual es necesario
profundizar un régimen específico y a la vez más enérgico. Si bien, hasta
momento el cuadro no se presenta como irreversible es probable que así se
manifieste si no comenzamos cuanto antes evitando de ese modo un escenario
generalizado de incierto futuro.
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¿Cuánto me queda Doctor?
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Dos años aproximadamente.
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¿Y con el tratamiento?
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Con el tratamiento.
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No entiendo su dialéctica esperanzadora entonces.
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En dos años la ciencia avanza más de lo que usted supone mi
estimado. Teniendo en cuenta su poder adquisitivo esa esperanza se multiplica
exponencialmente. Además posee la enorme ventaja de haber llegado a los sesenta
y dos años sin traumas severos por lo cual considero que el impacto de la
medicación puede llegar a tener un efecto menor al corriente.
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¿A qué llama usted impacto?
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Este tratamiento aqueja expresamente al proceso mnemónico ya
que el complejo terapéutico invade directamente ciertos nichos fisiológicos
instalados en el cerebro. La memoria, desde este punto de vista, no está
puntualmente localizada, algunos científicos suponen que cubre amplias franjas
de ambos hemisferios, otros que está diseminada aisladamente, debido a ello me
es imposible acertar sobre el supuesto grado de afectación.
-
De modo que ante la incertidumbre también cabe la posibilidad
que no me vea afectado.
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Imposible
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¿Pero usted me habló de sus dudas?
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Dudas sobre el grado de afectación, sobre el impacto, no
tengo dudas sobre la contraindicación.
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¿Hasta qué punto puede llegar a manifestarse esa
contraindicación Doctor?
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Hasta la cuarta sesión la normalidad será absoluta. A partir
de allí y hasta la vigésima el deterioro será paulatino dependiendo de su
estado físico general.
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Dicho de otro modo a Rodolfo Montillo le resta un semestre de
vida y no dos años como antes mencionó.
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Esa subjetividad no me compete.
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¿De modo qué al ser una cuestión psicológica tendría que
consultar con un profesional en la materia?
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No sería descabellado; insisto, de usted depende.
Rodolfo esperó el ascensor que lo
llevaría a la planta baja de la clínica sin atender que cuando menos debía
pulsar el artificio electrónico de llamada. Su estado de ausencia fue
arteramente interrumpido por una señora que con marcado disgusto y mismas
intenciones efectuó por él la imprescindible tarea. Su pareja de toda la vida
lo estaba aguardando con suma ansiedad en la casona que ambos compartían desde
hacía treinta años en la zona más distinguida del coqueto barrio de Belgrano R.
Le costó encontrar el playón en donde había dejado estacionado su vehículo. A
su habitual desorientación natural anexaba el desconocimiento que tenía del
centro porteño, sumándose a la coyuntura una suerte de estrabismo generalizado
lo que provocó una buena cantidad de insultos y ofensas por parte de algunos
transeúntes que circulaban por sus linderos extramuros. Sabía que no estaba en
condiciones de conducir, aún así, estimó que no dejaba de ser un aceptable
entretenimiento para salir de esa alteración asfixiante y ciertamente patética.
Mientras los usuales embotellamientos urbanos demoraban el retorno pensaba
sobre aquellos recuerdos que supuestamente debía resignar para continuar
permaneciendo. La hipótesis de acopiar señales no le pareció descabellada; formidable
manera de conservar el nexo con su historia entendiendo que no todo estaba
perdido si ordenadamente y con ayuda de su pareja podía reemplazar la memoria
por concretos preexistentes, nítidamente asimilables, transformando el raso
plano mnemónico, típicamente romo y desordenado, en un relieve aritmético de
presente y tangible exactitud. Se solidarizó, en las antípodas, con la tragedia
de Funes; los extremos en ocasiones, se hacen concesiones pensaba. Tenía poco
más de un semestre para reconstruir sus imperios y dar con las precisas muecas
que lo distinguían como sujeto inteligencia. Su álbum personal de fotografías
colaboraría como ordenador y a la vez podía reinventarlo, discriminando lo
esencial de lo aventurado obligándose a ser absolutamente riguroso en el
análisis de su historia. Debía atender que la tarea requería severidad
científica ya que no podía permitirse datos menores que auxilien a la
confusión, documentando de modo concreto cada instante relevante.
Carlos Fisher, desde la casona,
evidenciaba su angustia mediante la reiteración de mensajes que enviaba vía
celular. – Preparate un té con masas que estoy a diez minutos de casa – es lo
único que recibió como respuesta por parte de Rodolfo.
-
Me permitís disentir Rodolfo.
-
Te escucho.
-
Esa fatigosa y un tanto desdorosa tarea que te surgió como
idea no hace otra cosa que sacarte de lo esencial. Estando yo a tu lado no hay
motivo para absurdas recopilaciones y armados de archivos innecesarios. Puedo
ser tu memoria, tu instancia de consulta, tu escriba y preceptor. Además, si
tal fenómeno se desarrolla tal cual presume el médico, el único nexo con el
pasado sería nuestra propia realidad y ésta se irá edificando naturalmente, en
forma conjunta con tu nueva identidad. Perderás recuerdos pero no deseos, adolecerás
de referencias pero en tu interior continuarán laborando las mismas
motivaciones que te acompañaron hasta aquí. ¿Cuánto tiempo tardarás en volver a
enamorarte de mí?
-
¿Y si no me acuerdo lo que es el amor? ¿Y si no sucede? ¿Y si
me desentiendo del tema?
-
Son probabilidades de las que me puedo hacer responsable.
Esto es un problema nuestro, no solamente tuyo.
-
Me resulta demasiado oneroso para vos. No me parece justo.
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La justicia no cuenta en estas instancias. En cuestiones de
salud nadie es merecedor de un suceso; ni lo bueno ni lo malo, simplemente
ocurre. Lo importante es que nosotros tengamos las cosas claras y comencemos
con el tratamiento lo antes posible. Me gustaría tener una conversación con el
médico, espero me des tu aprobación. Necesito tener referencias exactas sobre
la topografía del sendero que debemos recorrer.
-
Vas a encontrar el número telefónico de Landeua en la agenda.
Buscalo directamente en la O. La agenda médica la tengo armada por especialidad.
-
Siempre tan ordenado. ¿Está al tanto Landeau de tu condición
homosexual y de nuestra relación?
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No.
-
Será necesario entonces poner sobre la mesa esa parte de la
realidad.
-
¿Con qué sentido?
-
Digamos... para evitar cuestionamientos y preguntas fuera de
lugar. Es por nosotros... la idea es evitar que nos incomoden con prejuicios,
supuestos o convencionalismos preexistentes que suelen saturar las formas
burocráticas. Además quisiera que no soslaye mi presencia tomándola con el
rango que verdaderamente ostenta.
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No entiendo.
-
Por ejemplo. Ante una situación
límite seré yo quien determine. El médico tendrá que proceder de forma tal
darme la identidad que por ahora la ley ignora. Supongo que para esto deberemos
firmar documentación acorde a las circunstancias; hablo de los seguros y demás
trámites corrientes.
-
Sospecho que estos momentos son los
que justifican plenamente haber estado durante treinta años juntos. En estos
términos no está mal entenderlo a través del poco romántico pero eficiente
relato empírico que acostumbrás exhibir.
La
entrevista entre Carlos Fisher y el Doctor Landeau se acordó para el día
siguiente en el consultorio de este último, en horas de la tardenoche luego de
finalizar con los turnos del día.
-
Cuénteme señor Fisher a qué debo el
honor de su visita.
-
Antes que nada le debo agradecer el
lugarcito que me hizo en su nutrida agenda. El tema es simple y concreto. El
Señor Montillo y yo somos pareja desde hace más de treinta años; me parece
oportuna la advertencia debido que al adolecer de familia sanguínea me voy a
configurar como responsable de Roberto ante cualquier evento que requiera algún
tipo de autorización. Le suplico lo tenga en cuenta y amparar
administrativamente el tratamiento para evitar complejidades futuras.
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No sólo me alegra su confianza,
además antes de comenzar las sesiones debemos rubricar una buena cantidad de
permisos y autorizaciones. Formalmente las mismas deben ser firmadas por el
paciente y un allegado directo debidamente acreditado. Usted debe saber que
ésta es un clínica cuyo mayor aportante es la Curia metropolitana guardando muy estrecha relación con el
nuncio, en consecuencia vamos a intentar que la cuestión circule por ámbitos
estrictamente legales. Temo que la figura del apoderado legal es la mejor
respuesta para evitar molestas indagatorias sobre supuestos grados de
filiación. Los seguros exigen puntuales aclaraciones. Hasta ahora no hemos
tenido que resolver este tipo de dilemas, cosa que sería fantástico de una
buena vez constatar las reacciones institucionales ante el conflicto, pero
lamentablemente no estamos aquí para luchas por la igualdad de género, deploro
por sobremanera que el cuadro de Montillo no nos permita heroicidades de ese
tenor. Cuente conmigo para la reserva.
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Muchas gracias Doctor por su humana
comprensión. Entrando en el tratamiento en sí le ruego especificaciones más
concretas acerca de lo que estamos enfrentando.
-
Por supuesto. Básicamente Rodolfo
tiene un avanzado cuadro oncológico que afecta su sistema fisiológico, es decir
el sistema nervioso central. Este proceso degradante impactará paulatinamente y
sin pausas de modo directo a varias de las funciones vitales. Al haberse
hallado en los estudios que los nódulos están alojados en el cerebro es
necesario acelerar un proceso inverso de modo eliminar en lo posible esta serie
de tumores, por lo que el tratamiento resulta sumamente invasivo y violento. La
memoria se verá afectada casi inmediatamente; con respecto a la evolución del
resto de sus capacidades habrá que esperar un tiempo prudencial. Luego de cada
sesión permanecerá inconsciente durante no menos de seis horas, es allí en
donde aprovecharemos para realizar monitoreos meticulosos, además de todos los
exámenes regulares. En la práctica y luego de la cuarta sesión sufrirá un
ostensible retroceso de todos sus saberes básicos además de no poder relacionar
su persona con el ámbito que lo rodea. Se sentirá confundido y agobiado ante
cualquier estímulo y no tendrá capacidad para racionalizar sus deseos. Le
sugiero que durante el primer mes no apresure ningún tipo de aprendizaje, será
tan inútil como psicológicamente ofensivo. Mi equipo lo irá guiando en la
misión. Le recomiendo que acuerden el traslado de sus activos financieros de
forma tal liberar cualquier tipo de traba futura. Desde los números el costo
del tratamiento está cerrado, lo que desconocemos es la inversión económica que
llevará su recuperación motriz. En este inciso debe considerar seriamente que
la opción de rehabilitación motriz definitiva pueda encontrarse fuera de
nuestras fronteras. Cuba, Estados Unidos, Suecia tienen excelentes centros para
estas problemáticas.
-
¿Y la memoria?
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Ya se lo mencioné al Señor
Montillo. Desde la fisiología no es localizable, por lo tanto no les puedo dar
esperanzas concretas.
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Nada más entonces, le reitero mi
agradecimiento por su tiempo.
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Que le vaya bien, y recuerde: El lunes
ocho a las siete en punto es nuestra primera sesión. Por favor, es necesario
asistir con un ayuno de doce horas.
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Aquí estaremos Doctor...
Un breve
mensaje de texto de Carlos desde el taxi que lo llevaba hacia la casona de
Belgrano le indicó a Rodolfo que debía apresurarse con la cena. El Merlot se
estaba refrescando convenientemente; a
consideración de la pareja dicho cepaje es el único tinto que merece estar
atemperado entre ocho y diez grados, el resto se toma a temperatura ambiente.
El mousse de chocolate tenía varias horas de descanso en el refrigerador.
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Espectacular el conejo Rodolfo.
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Vi la receta en canal Gourmet, me
pareció interesante y sencilla.
-
La salsa sobre una base de cerveza
negra le otorga increíble cuerpo y distinción.
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Me alegra que te haya gustado.
Convengamos que este vino del Valle mejora cualquier comida.
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Hablando de otro tema, el médico me
recomendó varias cosas.
-
Por ejemplo.
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Traspasar la totalidad de los
activos a favor de mi tutoría bajo el formato legal del apoderado. De ese modo
me delegarías formalmente toda la responsabilidad futura de tu recuperación,
desde el punto de vista admistrativo.
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¿Qué hay de eso?
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Según me comentó tu rehabilitación
tendrá varias etapas y en consecuencia un costo adicional. Cuestiones que
todavía son una incógnita debido a que se desconoce cómo te va afectar el
tratamiento. Luego de finalizar las sesiones será necesario afrontar estudios
puntuales y específicos que determinarán los pasos siguientes. De hecho me
adelantó que la parte final de esa rehabilitación sería positiva realizarla
fuera del país.
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Veremos ¿El lunes arrancamos?
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El Doctor Landeau me confirmó que
el lunes ocho a las siete nos esperan en la clínica; en lo que respecta a
nuestra relación no debés preocuparte, no sólo se manifestó comprensivo y
abierto, además para nada acuerda con los basamentos tradicionales
supuestamente moralistas de la entidad, por lo tanto hará todo lo que esté a su
alcance para mantenernos al margen de los inquisidores de turno, de alguna manera
creo sin temor a equivocarme que es un hombre adelantado a su tiempo.
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Me alegra, Landeau es una persona
muy abierta. Durante la semana me encargo de todo lo referente a los activos y
te voy a dejar un poder particular para tomar todas las decisiones. Lo único
que te pido es que el domingo anterior no dejés tus actividades deportivas
corrientes; me harías sentir como una molestia, como inválido preexistente.
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Como quieras.
Domingo 7
Mi querido
Carlos:
Me hubiera gustado
despedirme, pero conociéndome sabrás que ante situaciones extremas prefiero
abstenerme de la congoja. A esta altura de mi vida no debato decisiones,
solamente las acato. Y no está mal hacerle caso a la certidumbre. Cuando la
convicción es profunda el resto es dejarse llevar. Prefiero no andar metido en
absurdos cabildeos e inquisidoras tribulaciones existencialistas, menos aún me
intereso por lo que le propone la ciencia al futuro; porque se lo propone al
futuro, no a mí. Este quien soy no va a participar de la fiesta. Sabrás que las
celebraciones me incomodan y más cuando el homenajeado ignora los causales del
jolgorio. Te dejo mi gratitud y todo lo que pediste; los papeles están en el
estudio de nuestro abogado de siempre a la espera de tu rúbrica. Prefiero no
ser sometido a la ignominia. Espero haber tenido el cuidado suficiente y no
deshonrar nuestra hermosa casona con miserias espirantes; demás está aclarar
que detesto la falta de aseo, si a esto le sumamos un característico espíritu
solidario creo no haberte ocasionado traumas y desdoros excesivos. Para estos
casos el veneno sostiene hidalguías en varios planos, debido a ello me pareció
la opción menos denigrante y si se quiere más respetuosa. Te ruego no reduzcas
nuestra intimidad y mi padecer organizando espectáculos banales; los velorios,
además de ser groseramente falaces forman parte de una puesta en escena que
nunca toleré. Que tengas una buena vida Carlos, has sido un muy refinado
compañero, justamente por eso prefiero que no comprometamos tiempo y capital en
cuestiones que más tienen que ver con un modelo médico hegemónico que con la
dignidad del hombre... Última cosa: No menosprecies a la soledad, por fuera de
ser una excelente amiga, conserva en oportunidades la sutil elegancia de la
gracilidad...
con amor Rodolfo
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